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Entorno Geológico y Biológico 

ENTORNO GEOLÓGICO: 

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El estado de Coahuila está localizado en la porción centro – norte de la República Mexicana; colindando al norte con los Estados Unidos de América, al oriente con el estado de Nuevo León, por el sureste con el estado de San Luis Potosí, al sur con el estado de Zacatecas, por el suroeste con Durango y al poniente con Chihuahua. 

 El estado de Coahuila de Zaragoza es uno de los estados de mayor extensión territorial, al ser constituido por 38 municipios, siendo Saltillo su capital. 

 La historia del Estado se encuentra estrechamente relaciona con la minería como actividad principal desde la época de la Colonia, con la fundación de Minas de la Trinidad en 1577 nace lo que hoy conocemos como la ciudad de Monclova, el descubrimiento y explotación de cobre en la mina Pánuco en 1870, óxido de zinc, plata y plomo en Sierra Mojada en 1879 y plata, plomo y zinc en Reforma-Santa Teresa en 1890; hasta tiempos más recientes, con la explotación de fluorita, celestita, sales de sodio-magnesio, yeso, barita y dolomita.

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El estado de Coahuila en el 2015 participó con el 3.10% del total de la producción minera nacional, ocupando el primer lugar en la producción de hierro, carbón, celestita, sulfato de magnesio, sulfato de sodio, bismuto y cadmio; segundo lugar en fluorita y sílice, tercero en barita y dolomita y en menor proporción en agregados pétreos, yeso, azufre, arcillas, grava, arena, caliza, oro y plata. 

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La historia del carbón en México, y particularmente en el Estado de Coahuila, (Cuenca Carbonífera de Coahuila (CCC)) data desde inicios del siglo XIX cuando se realizaron los primeros estudios geológicos de la conocida cuenca de Sabinas. Este territorio se inició como un rift continental y evolucionó hacia una cuenca construida principalmente por sedimentos marinos del Mesozoico. 

En la actualidad, el carbón constituye un mineral de gran importancia para la industria de la energía eléctrica y metalúrgica en la región norte y noreste del país. El estado de Coahuila cuenta con las reservas más importantes de este recurso en toda la región norte de México. Extrayendo cerca de 68,000 toneladas de carbón que se entregan a la termoeléctrica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) quien se encarga de generar y abastecer de electricidad a toda la zona norte del Estado. 

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Con respecto a la edafología de Coahuila, puede dividirse en la fase química y la física esta última señala la presencia de fragmentos de roca y materiales cementados, que impiden o limitan el uso agrícola del suelo y el empleo de maquinaria agrícola; casi el 90% de los suelos están clasificados como Litosoles, Xerosoles, Regosoles, Yermosol y Rendzinas, los cuales son originarios de distintas clases de rocas, como se muestra en la Figura 2 son las rocas sedimentarias: calizas, lutitas, areniscas y dolomitas que se encuentran presentes desde la Era Paleozoica y es común que predominen en zonas áridas. 

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Con respecto a la fase química se refiere a la presencia de sales solubles en el suelo que limitan o impiden el desarrollo de los cultivos, en el caso del estado de Coahuila en algunas áreas predominan los suelos salinos y sódicos como se muestra en el mapa mostrado a continuación. 

 

 

  

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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En función de la región del estado en la que estemos interesados, y de su interrelación con las distintas condiciones como la latitud, elevación, topografía, cercanía respecto al mar, por mencionar algunas, pueden presentar una distribución heterogénea de la temperatura y hasta cuatro tipos de climas diferentes, que van desde los más secos hasta el templado semihúmedo con lluvias escasas todo el año, y es esta variabilidad climática la que permite la presencia de la gran riqueza biológica con la que cuenta el Estado y que se expondrá a continuación en el espacio de Historia Biológica. 

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Se consideran zonas áridas, a aquellas regiones con un área superficial que recibe una precipitación pluvial media anual menor a 350 mm, y semiáridas a las que reciben entre 350 y 600 mm anuales. En ambos casos, la precipitación promedio anual es menor a la evaporación potencial máxima anual poniendo en evidencia un déficit hídrico. 

Para tener acceso a un Registro de Temperatura y Precipitación la Comisión Nacional del Agua ha colocado las estaciones meteorológicas mostradas en la tabla a continuación, siendo la estación de Saltillo colocado a una altitud de 1,558 msnm la que se puede tomar como referencia para crear una imagen de la precipitación y la temperatura promedio presente en la zona del municipio de General Cepeda, específicamente del ejido “El Porvenir de Tacubaya”. 

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De acuerdo con la información recolectada por la estación meteorológica de Saltillo en el período que abarca de 1982 al 2015 se obtuvo un dato de 17.1°C como temperatura media anual, siendo la temperatura promedio de 15.5°C en el año más frío correspondiente al 2010 y en 1989 fue el año más caluroso presentando una temperatura promedio de 18.4°C. 

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En la figura 8 se muestra un mapa de la distribución heterogénea de precipitaciones en las distintas regiones que abarca el territorio de Coahuila.  La torrencialidad con que se presenta la precipitación pluvial en las zonas áridas y semiáridas propicia el arrastre de grandes cantidades de suelo, dejando una alta erosión en las zonas afectada; el suelo perdido es el de las capas más fértiles, lo que conlleva a su degradación y a la pérdida de su capacidad productiva, en la tabla de la figura 9 se muestra que el municipio de Saltillo presenta mayor probabilidad de precipitaciones en el transcurso del mes de Julio, seguido por Septiembre y Agosto, dejando al resto del año con una baja probabilidad de precipitaciones.  

Entorno Geológico y Biológico 

ENTORNO BIOLÓGICO: 

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La palabra “desierto” nos remite a un espacio sin vida, despoblado y vacío. El término fue acuñado por los europeos para referirse a las regiones que no tenían flora y fauna conocida por ellos. Pero ahora sabemos que estas regiones son de los mayores ecosistemas en la tierra, fungiendo como hogar natural para cientos de miles de seres vivos -incluyendo al ser humano- que han desarrollado una gran capacidad de adaptación a este medio escaso de agua.  

Hace setenta millones de años atrás, durante el Cretácico tardío, Coahuila se encontraba en la línea de la costa oriental de México asociada a un sistema de desembocaduras de ríos caudalosos que daban lugar a lagunas, donde habitaban especies animales y vegetales, lo que propició el desarrollo de una gran variedad de seres vivos. 

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Particularmente, el municipio de General Cepeda se constituye como una zona en la que se han encontrado múltiples restos fósiles de dinosaurios y otros organismos que habitaron la tierra hace millones de años, con su hallazgo, permiten el acceso a múltiples datos sobre la evolución de la vida y la geología mexicana. 

Los diversos tipos de vegetación que componen el mosaico ecológico y fisonómico de la extensa zona árida de Coahuila de Zaragoza, ha merecido la atención de varios autores preocupados por establecer la descripción del manto vegetal e intentar su interpretación geobotánica. 

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Muller (1947) explica que el estado de Coahuila no había recibido en el siglo pasado la atención minuciosa de los naturalistas, si no fue hasta Pringle, en el año de 1888 quien puso atención a la descripción de los matorrales desérticos que ocupan más del 80% de las extensas llanuras, mezclándose con pastizales. (CONABIO, 2008) “Matorral” es una palabra que puede aplicarse con propiedad a toda comunidad arbustiva, abierta o cerrada, de 30 cm hasta 5 m de altura. 

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Marroquin, et. al (1964) estudiaron los recursos forestales de significación económica del norte de México, concluyendo que las formaciones forestales son florísticamente muy diversas, exponiendo una vegetación de tipo matorral desértico, lechuguilla, gobernadora, nopales tuneros, forrajeras y una variedad de cactáceas. 

Tomando en cuenta la estrecha e importante relación que existe entre las especies vegetales y el hombre desde los albores de la vida hasta nuestros días, a pesar de los adelantos tecnológicos, los abruptos cambios ambientales y del abuso de los recursos naturales provocada por el mismo ser humano, el reino vegetal nos sigue proporcionando vida y ofreciendo la solución a las principales necesidades alimenticias. 

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Entre las plantas encontradas con mayor frecuencia dentro del paisaje árido y semiárido mexicano, están los agaves o magueyes, considerados especies clave en estas regiones, tanto por su abundancia como por la cantidad de recursos que proporcionan a otros organismos.

 

En México, los agaves han tenido y continúan teniendo gran importancia económica y cultural, al ser aprovechados durante siglos como fuente de alimento, bebida, medicina, combustible, cobijo, ornato, fibras duras extraídas de las hojas (ixtle), abono y construcción de viviendas son sólo algunos de los usos que se le han dado. Por los restos hallados en cuevas dentro del territorio de Coahuila, se conoce que los magueyes fueron una de las primeras plantas aprovechadas por los pobladores de Mesoamérica para alimentarse, además se han recuperado cordeles de ixtle y sandalias elaboradas con las fibras del maguey. 

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Los agaves son plantas perennes, con hojas dispuestas en espiral y arregladas en rosetas en el ápice de un tallo, el cual puede ser corto y apenas sobrepasar unos centímetros del suelo, o bien, ser largo y erecto – en este caso llega a medir hasta tres metros de altura. Sus hojas por lo general son suculentas, fibrosas, con la base carnosa; su forma varía de linear a lanceolada u ovalada y casi siempre tiene una espina al final del ápice. El color de las mismas se presenta en tonos de verde o amarillos. 

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Los magueyes son plantas xerófitas, adaptadas a vivir en condiciones climáticas desfavorables, con largos períodos de sequía y altas temperaturas. El desarrollo de suculencia en las hojas y el abundante desarrollo de fibras en sus tejidos es una de sus mejores adaptaciones, ya que es ahí donde almacena el agua recuperada de la época de lluvia, y le permite sobrevivir manteniendo su rigidez por algún tiempo en ausencia de este recurso. Además, el sistema de la raíz de los agaves es superficial, lo cual facilita la absorción de agua de lluvia que sólo humedece la superficie del suelo cuando existe precipitación. 

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Desde el inció de la domesticación de ciertos animales para uso personal, se comenzó a desarrollar un grave problema que exterioriza en una entrevista Arturo Homero González, director del Museo del desierto, refiriéndose a la posesión que hacemos los hombres del territorio, afectamos directamente el ecosistema de la fauna que ahí reside. Cuando ponemos cercas, los que se ven afectados son los mamíferos superiores, como los bisontes, venados y osos que dejaron de pastar en México porque ya estaba todo cercado, es así como se va limitando el paso natural que habían desarrollado y que normalmente seguían. 

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En la siguiente tabla se plasman las principales especies vegetales que encontramos en el territorio de Coahuila por tipo de vegetación, considerando su nombre científico, su nombre común y la utilidad que se les da.

De acuerdo con la Serie V de Uso de Suelo y Vegetación del INEGI, los tipos de vegetación dominantes en el estado son los Matorrales Desérticos Rosetófilo y Micrófilo, los cuales comprenden el 75 % de la superficie total, los pastizales comprenden el 8 % y otros tipos de vegetación el 5 %, en el caso del uso del suelo la agricultura comprende el 5 % y los asentamientos humanos el 0.05 % (INEGI, 2015). Coahuila es considerado un estado megadiverso, ya que en la entidad ocurren 2,892 especies, de las cuales 1,376 son plantas vasculares, 541 son vertebrados y 975 son artrópodos (Llorente-Bousquets, 2008).

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La fauna presente en las zonas de matorrales consiste en: tlalcoyote, gato montés, zorra del desierto, rata canguro, lagarto-escorpión de Lugo y perrito de las praderas. En los pastizales puede encontrarse: borrego cimarrón, ciervo rojo, puma y armadillo. En la región también se encuentran animales en peligro de extinción como: berrendo, bisonte americano, topo, carpa, puerco espín, codorniz y coyote. (CONABIO, 2008).

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Dentro del municipio de General Cepeda, en donde predomina la zona desértica son abundantes los animales pequeños como: liebres, cuervos, correcaminos y distintas especies de serpientes que durante el día prefieren esconderse entre los matorrales y sólo durante la oscuridad de la noche salir en busca de su alimento, éste es el tipo de fauna que es común encontrar en el ejido “El Porvenir de Tacubaya”. 

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En la entidad se tienen registradas 400 especies de aves, que representan el 37.6% de las aves registradas a nivel nacional, de las cuales, más de 100 son migratorias, lo que convierte al Estado en un importante corredor migratorio, entre dichas especies destacan: patos, gansos, colibríes, garzas, palomas, pájaros carpinteros, colimbos, fulmares, zambullidores, golondrinas, chipes, gorriones, calandrias, búhos, y grullas (Museo de las Aves de México, 2014) (Aventúrate Coahuila, 2014).

Históricamente, la expansión humana ha traído efectos directos para la vida silvestre, poniendo en peligro a muchas especies y sus hábitats naturales. Analizando esta circunstancia, se aprecian dos enfoques que en principio se identifican como antagónicas por excelencia, por un lado, el desarrollo socioeconómico y por otro la permanencia del medio ambiente natural, en donde el cuestionamiento por décadas ha sido cómo permitir el desarrollo de una sin destruir a la otra.

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De tal controversia surge el esquema de la sustentabilidad, el cual asume como principio que dichas esferas no son necesariamente contrarias y que ambas requieren estar interrelacionadas para garantizar su permanencia. Por un lado, la sociedad humana ha sido principio y evolución de esta diversidad biológica y, por otro, la vida silvestre necesita del esfuerzo humano para subsistir.

Con base en esta iniciativa en diciembre de 1998, se propone la Ley de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente del Estado de Coahuila de Zaragoza, que tiene como objeto establecer las bases jurídicas necesarias para garantizar el derecho de toda persona a vivir en un medio ambiente adecuado para su desarrollo, salud y bienestar, definir los principios y los criterios de la política ambiental en la entidad, así como normar los instrumentos y procedimientos para su aplicación, y regular las acciones de conservación ecológica y protección al ambiente que se realicen en ecosistemas, zonas o bienes de competencia estatal.

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El Ordenamiento Ecológico y territorial es un instrumento de política ambiental propuesta por la Subsecretaría Recursos Naturales cuyo objeto es regular o inducir el uso del suelo y las actividades productivas, con el fin de lograr la protección del medio ambiente y la preservación y el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, a partir del análisis de las tendencias de deterioro y las potencialidades de aprovechamiento de los mismos". (Ley del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, Titulo Primero, Art.3 fracción XLII). 

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Conservar la vida silvestre y la biodiversidad en general, no puede ser, como todo el mundo sabe, un propósito caprichoso y ajeno a una racionalidad practicable. Las voluntades y los recursos necesarios para la conservación pueden fluir desde el ámbito privado o desde el sector público, sólo cuando hay información compartida, cuando hay beneficios identificables para los actores involucrados y cuando hay una fuerza de opinión suficientemente densa y amplia que otorga valores patrimoniales o existenciales a los elementos más conspicuos del maravilloso acervo natural mexicano. De ahí la necesidad de continuar desarrollando estrategias que permitan incrementar el conocimiento y uso adecuado de los recursos naturales con los que actualmente contamos, mediante la implementación de programas y proyectos a corto y mediano plazo, se espera lograr su conservación y aprovechamiento.

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El estado de Coahuila actualmente cuenta con 806 Unidades de Manejo de la Vida Silvestre (UMAS), en una superficie de 3’460,158 ha, de acuerdo con información proporcionada por la Secretaría de Medio Ambiente del Estado (SEMA). 

 

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PERSEPCIONES DEL ÉJIDO EL PORVENIR DE TACUBAYA. 

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Ganado vacuno: base de la economía del ejido El Porvenir.

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Dentro del ejido El Porvenir, el 90% de su población se dedica a la elaboración de quesos frescos para su consumo y venta. El producto es de primera calidad ya que las 70 familias dedicadas a este negocio tienen dentro de su propiedad entre 2 y 3 vacas, quienes les ofrecen la materia prima necesaria para la elaboración de sus quesos. 

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Este negocio se encuentra dirigido en su mayoría por las mujeres del ejido quienes se encargan de ordeñar, procesar y elaborar los quesos diariamente desde la cocina de sus hogares. 

En nuestras múltiples visitas al ejido, fueron estos grandes animales herbívoros los que se encontraban en mayor abundancia; parte de la alimentación de las vacas se encuentra basada en el consumo de pasto, nopales y forrajes con sorgo, maíz y diversos pastos. 

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Se propone como una idea futura que las vacas además de ser con su leche la mayor fuente de ingreso del ejido también sean una solución a los problemas energéticos del ejido; al generar energía eléctrica con los efluentes de estos animales. Las condiciones del ejido se pueden adaptar para la replicación de proyectos de esta índole desarrollados en países como Buenos Aires y Brasil, en donde a los corrales donde se encontraban las vacas sustituyeron la tierra por hormigón haciendo más eficiente la recolección del estiércol. Este desecho es la entrada de los reactores anaerobios en los cuales diferentes colonias de bacterias se encargarán de la degradación de la materia orgánica y la generación de biogás (metano y dióxido de carbono) incluso puede tener una primera aplicación en la cocina de los hogares del ejido teniendo un impacto directo en la economía familiar ya que con esto se eliminaría el gasto actual de un tanque de gas para poder cubrir esta necesidad, ahora tendrían acceso a este de una manera gratuita y ecológica. 

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Aquellas familias que no tienen las posibilidades ni el espacio para el mantenimiento algunas vacas; optan por tener cabras, las cuales con su leche también ofrecen materia prima para la elaboración de quesos. 

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Uso de burro, mula y caballo como medio de transporte.

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El burro, la mula y el caballo no son animales característicos de las zonas desérticas, pero desde la antigüedad los hemos adaptado a los diferentes tipos de ecosistemas según las necesidades humanas, y en este ejido no es la excepción. 

Estos dos animales son actualmente el principal medio de transporte utilizado por las personas del ejido El Porvenir para recorrer distintas largas; cabe mencionar, que el establecimiento de las familias del ejido es en una zona reducida del ejido por lo que caminar de la primera a la última de las casas, pasando por la iglesia y escuela es posible hacerlo a pie ya que se encuentran a una distancia razonable. 

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En nuestras visitas sólo se observaron a varones montados a caballo o burro y dado el análisis realizado luego de haber platicado con distintos habitantes del ejido se puede inferir que el sexo femenino no se encuentra en posibilidades de utilizar a estos animales como medio de transporte, en parte porque no necesitan trasladarse a distancias lejanas a su casa, ya que su trabajo se enfoca principalmente en actividades realizadas dentro de su hogar.

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SITIOS CONSULTADOS:

Marroquin, J. (s.f.). Vegetación y florística del nordeste de México. Universidad Autónoma Agraria “Antonio Narro”. Buenavista Saltillo, Coahuila. 

Marroquin, J.S., Borja, G., Velázquez, R. & de la Cruz, J.A. (1964). Estudio ecológico-dasonómico de las zonas áridas del Norte de México. Ins. Nal. Invest. Forest. No. 2. pp. 166. 

Muller, C.H. (1939). Relations of the vegetation and climatic types in Nuevo León, México. Am. Midl. Nat. 21. pp. 687-729.

Revista Visión Saltillo. (2014). Coahuila; paraíso paleontológico. Sitio: http://www.zocalo.com.mx/new_site/articulo/paraiso-paleontologioco-1375102333

Secretaria de Economía & Servicio Geológico Mexicano. (2016). Panorama Minero del Estado de Coahuila. 

Instituto Nacional de Estadística y Geografía. (INEGI). (2016). Anuario estadístico y geográfico de Coahuila de Zaragoza. 

Gobierno de Coahuila. Subsecretaría Recursos Naturales. (2017). Bitácora Ambiental. Sitio: http://www.sema.gob.mx/#

Orozco, C.E. (2008). Entrevista con Arturo Homero González, director del Museo del Desierto. Universidad ITESO. Revista magis. No. 406. Sitio: http://www.magis.iteso.mx/anteriores/028/028_colloquium_desierto.htm

García Mendoza, Abisaí J. (2007). Los agaves de México. Ciencias 87, julio-septiembre, 14-23. [En línea] Sitio: http://www.revistaciencias.unam.mx/es/48-revistas/revista-ciencias-87/285-los-agaves-de-mexico.html

Alanis, G.J. (2001). Plantas nativas usadas como alimentos, condimentos y bebidas de las comunidades vegetacionales desérticas o semidesérticas en Nuevo León, México. Universidad Autónoma de Nuevo León. Revista Salud Pública y Nutrición. Vol. 2. Nol. 1. [En línea]. Sitio: http://www.medigraphic.com/pdfs/revsalpubnut/spn-2001/spn011e.pdf

Arámbula, T. (s.f). Problemática y alternativas de desarrollo de las zonas áridas y semiáridas de México. Reunión Nacional de Investigación en Recursos Bióticos de Zonas Áridos.

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